El compromiso firme de Europa de no superar en 1,5 grados el calentamiento global y la ambición por convertirse en el primer continente neutro en el año 2050 constatan una realidad innegable: estamos delante de una emergencia climática. Recordemos que en ese año 2050 habrá más de 9.700 millones de humanos en el planeta, todos ellos precisarán alimentos, viviendas y enseres básicos como la ropa o calzado. Las decisiones que tomemos ahora repercutirán de manera directa en el bienestar y salud de nuestra siguiente generación.

Ante este escenario, puedo afirmar con rotundidad que nos encontramos en la “Edad de la Madera”. Y en esta época que vivimos, Galicia tiene por delante una de las mayores oportunidades para situar la cadena de transformación de la madera como un sector estratégico en la economía, salud y bienestar de todas las gallegas y gallegos.

El relevo continuado de materiales con alta huella de carbono o hídrica por madera es irreversible; vestiremos ropa y calzado procedente de fibras textiles, usaremos baterías orgánicas aprovechando la lignina de nuestras árboles, y la madera o sus derivados serán el componente predominante en las nuevas construcciones en altura. Como consecuencia, habrá una superdemanda que supondrá un reto de enormes dimensiones para Galicia. Será necesario contar con este recurso endógeno en cantidad suficiente para que la demanda de suministro se satisfaga, deberemos conocer cuánto y dónde hay recurso, pero también si está disponible y puede movilizarse. El 35% de las parcelas catastrales de las actuales parcelas piloto del Inventario Forestal Continuo de Galicia (IFCG) son de propietario desconocido o ilocalizable; podemos, pues, disponer de recurso, pero esto no supone que podamos movilizarlo.

Unir el producto con el recurso, al silvicultor con el transformador, parece hoy, más que nunca, imprescindible, difícilmente el sector forestal podrá asumir las inversiones necesarias para adaptarse a estas demandas sin una clara seguridad en el suministro del recurso, la Consellería de Medio Rural cooperará con la industria de la madera para asegurar recurso en cantidad y calidad, pero también, y así nos obliga esta sociedad del siglo XXI, respetando la sostenibilidad y la biodiversidad de nuestros bosques. Importa el material pero también su historia y origen, demostrar el origen de la madera de bosques gestionados de manera sostenible es una obligación, no una opción.

El equipo que formamos en la Agencia de la Industria Forestal de Galicia nos comprometemos a trabajar sin descanso por alcanzar este reto que compartimos todos los agentes de la cadena monte-industria gallega, entendiendo siempre nuestro lugar y asumiendo nuestras responsabilidades.

Jacobo Aboal Viñas, director de la Agencia Gallega de la Industria Forestal.